Hasta hoy nunca había visitado un museo sin compañía alguna. Para muchos es algo corriente, pero para mí era una nueva experiencia. Y si además es una exposición del MACBA titulada "THE KILLING MACHINE Y OTRAS HISTORIAS" todo adquiere un matiz inquietante.
El folleto que ha llegado a mis manos al entrar en el recinto me ha dado la bienvenida con el siguiente texto: "Estas instalaciones se convierten en unidades temporales de experiencia, en narraciones que conjugan relatos de ficción y efectos sonoros que cuestionan la experiencia sensible del visitante, al contraponer el sentido del oído con el de la vista. El espacio escultórico se transforma, pues, en un espacio fantasmagórico o alucinatorio en el que coinciden en un lugar y en un momento concretos tradiciones culturales que, en apariencia, son contradictorias..."
Descubrir las obras de Janet Cardiff y George Bures Miller ha sido increíble. La exposición constaba de diez instalaciones de arte interactivo (desconozco si éste es un término correcto, pero me gusta llamarlo así por hacer que el espectador forme parte de la obra, participe en ella y la descubra desde dentro). Los visitantes se adentran en una atmósfera de luz sombría en la que visitan diferentes escenarios donde la iluminación y el sonido crean una serie de situaciones intimistas, angustiosas e inquietantes. El shock que sufre uno al regresar al mundo real y toparse con la potente luz solar reflejada en las inmaculadas paredes del museo contribuye aún más a acentuar el estado de aturdimiento. Hoy ha sido un día verdaderamente interesante.
...from Barcelona
